Padeletti, Hugo:Parlamentos del Viento
- libro usado 1998, ISBN: 9789509944930
Argentina: Libros de Tierra Firme, 1996. Libro. Muy buen estado. Rústica. Firmada por el autor. Primera edición. 19x14 cm.; 104 p.. Colección Poetas de Hoy /1. Antolo… Más…
Argentina: Libros de Tierra Firme, 1996. Libro. Muy buen estado. Rústica. Firmada por el autor. Primera edición. 19x14 cm.; 104 p.. Colección Poetas de Hoy /1. Antología por D. G. Helder. Estudio preliminar de Daniel Freidemberg. Reportaje de Carlos Enrique Sierra. Con dedicatoria firmada por el autor. A diferencia de otras respuestas poéticas a los mismos problemas, concebir la poesía como ejercicio autosuficiente de la escritura no supone para Samoilovich desentenderse de lo que no es la escritura, sino desembarazarse de fáciles ilusiones de trascendencia social o metafísica y de encerronas en autocompasivos callejones sin salida. En la práctica de su propia poesía, esto implicó probar hasta dónde la poesía puede hacerse descartando lo que ha sido consagrado como indicio de valor poético, incluidos los ya largamente instituidos valores de la ruptura y la transgresión. Hasta dónde la poesía puede prescindir de lo que parece poético, no para restringir sus posibilidades sino para buscarlas en una dirección muy poco transitada dentro de la tradición literaria argentina. Junto con la lectura de Horacio y de Eugenio Montale, El arte de narrar de Juan José Saer pudo haber aportado bastante al proyecto de Samoilovich, empezando por su desestimación de la creencia de que existiría una opción entre transparencia y opacidad del lenguaje: el lenguaje siempre es opaco, aun en aquellas ocasiones en que la sintaxis, el vocabulario o el modo de articular las imágenes no se distinguen de los de la prosa. La poesía narrativa, ensayística o descriptiva dista de ser nueva o extraña en el mundo, y de hecho no es otra la que Borges escribió desde El hacedor en adelante, pero no es casual que en su país la poesía de Borges fuera vista con la casi despectiva benevolencia con que se aceptan los devaneos líricos de un prosista. En Machado, Brecht y Pavese, en Gil de Biedma, Lihn y Marianne Moore, en Masters, Carver o Larkin pueden encontrarse ejemplos modernos de esta tradición, para la cual el poeta es un artista en el sentido más cercano al de artesano. Un artesano, si se quiere, exquisito y sofisticado, il miglior fabbro, pero no, un vidente, un profeta o un iluminado. -Daniel Freidemberg., Libros de Tierra Firme, 1996, Buenos Aires: Leviatán, 1998. Libro. Nuevo. Rústica. 20 x 12 cm.. Colección Poesía Mayor, 14. 145 pp. La poesía de José María Eguren (Perú, 1874-1942) es, en el panorama hispanoamericano del siglo XX, un puente sutil entre el Modernismo y la Vanguardia. Representantes indiscutidos de ésta, como Carlos Oquendo de Amat o César Vallejo, entre otros, han reconocido en diversas oportunidades su deuda con Eguren. Dotado de una curiosidad alerta tanto a las más ínfimas señales de brillo y misterio en la vida cotidiana como a aquellos movimientos que renovaban, en sus días, el horizonte de las artes, Eguren fue un artista en el sentido cabal del término: aficionado a la fotografía -él mismo había construido una cámara del tamaño de un dedal con la que tomaba vistas en miniatura- y a la pintura y la música, su obra literaria filtra estas diversas prácticas o aprendizajes, confiriéndole maestría en la invención de imágenes tocantes a los estratos más hondos o apartados del ser, de gran poder evocativo. Catalogada a veces de ingenua, a causa de su tersura tonal, u oscura, por su condensada sintaxis y sus veladuras simbólicas, desestimada por la mayor parte de la crítica de las últimas generaciones, la poesía de Eguren, «hace patente» según Emilio Adolfo Westphalen, «la fragilidad y el poder, a la vez, de la expresión poética: más poderosa cuanto más frágil.» En esta edición presentamos, por primera vez en Argentina, Motivos de Eguren, su colección de escritos de principios de la década del '30. Desarrollos en círculos concéntricos entre el ensayo y la confesión, atendiendo tanto al llamado de lo invisible como a la llama del más puro erotismo, donde la intensidad lírica -que es un relieve verbal pero también una respiración, una manera de vivir- es la constante de una voz que ora por la belleza y la esperanza. Aun bajo la forma del ensayo, la escritura egureniana no cesa en su devoción a la Poesía. La entrega se completa, a manera de testimonio, con la entrevista que le hiciera uno de sus más fervientes lectores: César Vallejo.., Leviat, 1998, Argentina: Leviatán, 1998. Libro. Muy buen estado. Rústica. 19.5x11.5 cm.; 145 p.. Col. Poesía Mayor Nº 14. Nuevo - New. La poesía de José María Eguren (Perú, 1874-1942) es, en el panorama hispanoamericano del siglo XX, un puente sutil entre el Modernismo y la Vanguardia. Representantes indiscutidos de ésta, como Carlos Oquendo de Amat o César Vallejo, entre otros, han reconocido en diversas oportunidades su deuda con Eguren. Dotado de una curiosidad alerta tanto a las más ínfimas señales de brillo y misterio en la vida cotidiana como a aquellos movimientos que renovaban, en sus días, el horizonte de las artes, Eguren fue un artista en el sentido cabal del término: aficionado a la fotografía -él mismo había construido una cámara del tamaño de un dedal con la que tomaba vistas en miniatura- y a la pintura y la música, su obra literaria filtra estas diversas prácticas o aprendizajes, confiriéndole maestría en la invención de imágenes tocantes a los estratos más hondos o apartados del ser, de gran poder evocativo. Catalogada a veces de ingenua, a causa de su tersura tonal, u oscura, por su condensada sintaxis y sus veladuras simbólicas, desestimada por la mayor parte de la crítica de las últimas generaciones, la poesía de Eguren, «hace patente» según Emilio Adolfo Westphalen, «la fragilidad y el poder, a la vez, de la expresión poética: más poderosa cuanto más frágil.» En esta edición presentamos, por primera vez en Argentina, Motivos de Eguren, su colección de escritos de principios de la década del '30. Desarrollos en círculos concéntricos entre el ensayo y la confesión, atendiendo tanto al llamado de lo invisible como a la llama del más puro erotismo, donde la intensidad lírica -que es un relieve verbal pero también una respiración, una manera de vivir- es la constante de una voz que ora por la belleza y la esperanza. Aun bajo la forma del ensayo, la escritura egureniana no cesa en su devoción a la Poesía. La entrega se completa, a manera de testimonio, con la entrevista que le hiciera uno de sus más fervientes lectores: César Vallejo.., Leviat, 1998, Argentina: Leviatán, 1998. Libro. Muy buen estado. Rústica. 19.5x11.5 cm.; 145 p.. Col. Poesía Mayor Nº 14. Sellos de librería. La poesía de José María Eguren (Perú, 1874-1942) es, en el panorama hispanoamericano del siglo XX, un puente sutil entre el Modernismo y la Vanguardia. Representantes indiscutidos de ésta, como Carlos Oquendo de Amat o César Vallejo, entre otros, han reconocido en diversas oportunidades su deuda con Eguren. Dotado de una curiosidad alerta tanto a las más ínfimas señales de brillo y misterio en la vida cotidiana como a aquellos movimientos que renovaban, en sus días, el horizonte de las artes, Eguren fue un artista en el sentido cabal del término: aficionado a la fotografía -él mismo había construido una cámara del tamaño de un dedal con la que tomaba vistas en miniatura- y a la pintura y la música, su obra literaria filtra estas diversas prácticas o aprendizajes, confiriéndole maestría en la invención de imágenes tocantes a los estratos más hondos o apartados del ser, de gran poder evocativo. Catalogada a veces de ingenua, a causa de su tersura tonal, u oscura, por su condensada sintaxis y sus veladuras simbólicas, desestimada por la mayor parte de la crítica de las últimas generaciones, la poesía de Eguren, «hace patente» según Emilio Adolfo Westphalen, «la fragilidad y el poder, a la vez, de la expresión poética: más poderosa cuanto más frágil.» En esta edición presentamos, por primera vez en Argentina, Motivos de Eguren, su colección de escritos de principios de la década del '30. Desarrollos en círculos concéntricos entre el ensayo y la confesión, atendiendo tanto al llamado de lo invisible como a la llama del más puro erotismo, donde la intensidad lírica -que es un relieve verbal pero también una respiración, una manera de vivir- es la constante de una voz que ora por la belleza y la esperanza. Aun bajo la forma del ensayo, la escritura egureniana no cesa en su devoción a la Poesía. La entrega se completa, a manera de testimonio, con la entrevista que le hiciera uno de sus más fervientes lectores: César Vallejo.., Leviat, 1998, Buenos Aires: Editorial Rinzai, 1989. Libro. Muy buen estado. Rústica. First Edition. 21 x 16 cm.. 185 pp. Primera edición. Sellos de librería. Ni manual de sabiduría ni poesía religiosa ni poesía profana: abanico de la percepción enhebrado por el hilo de la mente, cuya diversidad de tonos no talla peldaños abruptos y cuyo espíritu permutante no construye monumentos alrededor del sentido. Esta poesía conduce a la imagen pura del desierto: ni secuencia discontinua -las arenas parecen desplegarse en ondulaciones que cambian- ni reiteración -esas ondulaciones parecen semejantes. Padeletti, con palabras, arma un paisaje de contemplación, microscópico, de los grandes espacios abiertos. Aspira a la totalidad en el recorte mínimo -en el emblema- y lo somete a los imprevistos del viento del sentido con una sintaxis inconfundible, que no se confunde. Relámpago tangible cargado de velocidad moral que por un momento puede convertirse en aquello que ilumina -y convertirlo-, su presencia no se impone: simplemente es. Si es magistral, si es didáctica, si es ejemplar la poesía de Hugo Padeletti, es porque aprende de sí misma. Mirta Rosenberg / Reynaldo Jiménez., Editorial Rinzai, 1989<